Tenía once años cuando el profesor de lengua nos pidió redactar un cuento para la clase. Redacté un melcochoso cuento de princesas y príncipes, propio de una infancia rosa. Cuando se lo entregué, confiada en mi trabajo, me llamó aparte del grupo y me devolvió la historia explicándome que ya yo estaba muy grande para princesas, dragones, unicornios, y cualquier personaje fantástico. Que la cambiara que el me esperaba un par de días. Me sentí angustiada, pensaba que mi cuento estaba bien escrito, y ahora tenía que darle un giro o cambiarlo por completo en solo dos días. Me senté con la página en blanco, igual que mi mente. Minutos pasaron que me parecieron horas, y no podía salirme de mi acostumbrada historia de amor infantil. Decidí entonces consultar con alguien con más experiencia, así que le pregunté a mis padres, que aunque no son escritores, seguramente tendrían un consejo para mi. Efectivamente me dieron la idea de cambiar el término príncipe y princesa por nombres, y que al final en el que aparecía el dragón, lo eliminara y pensara en tres o cuatro finales alternativos para escoger el que mejor se adaptara. Así lo hice, y después de haber sido un cuento infantil, terminó siendo mi primer relato para adultos con tono de misterio. Mis padres quedaron impresionados y orgullosos del trabajo que había realizado, y lo leyeron a mis otros hermanos a la hora del almuerzo. Mi profesor me felicitó por haberme atrevido a realizar ese cambio que había mejorado notablemente el producto final. Cosas que aprendí de esa experiencia: 1. Pedir consejos de otras personas abre la perspectiva a otras ideas y formas de hacer las cosas que a nosotros mismos no se nos hubieran ocurrido o nos hubiera tomado mucho tiempo descubrirlas. 2. Atreverse a seguir los consejos puede mejorar notablemente los resultados que obtenemos. 3. La página en blanco, aunque causa temor, puede ser tu amiga y llenarte de orgullo y alegría. Y es eso a lo que me quiero referir, al miedo a la página en blanco. En el mundo de la escritura, hay personas que ven la página en blanco llena de oportunidades, esperanza y aventura; y hay otras, que la ven como intimidante, capaz de inducir culpa, ansiedad y pánico. Seguramente todos hemos transitado las dos áreas más de una vez, especialmente aquellos que aspiramos escribir y publicar una novela. Es muy fácil sentirse abrumado por la magnitud de la tarea. Y qué mejor momento para enfrentar estos miedos e iniciar la aventura, que en el comienzo de un nuevo año, que es metafóricamente una página en blanco en si misma. Lo que necesitamos es una guía que nos ayude a caminar firmemente por el optimismo, la energía, que nos recuerde constantemente porqué comenzamos y que nos muestre el camino por delante, paso a paso, hasta llegar a la meta anhelada. Lo que escribí ese día para el colegio, es el siguiente relato corto: Solo sintió su cabeza contra el suelo y luego se desvaneció. Se escucharon crujir bajo su peso las hojas que alfombraban de un modo triste y sombrío la hermosa pradera. Los pájaros volaron asustados por el ruido que produjo su caída. El viento era frío y soplaba con fuerza, parecía que iba a llover. Un trueno rasgó el silencio que se sentía en la atmósfera y una lluvia fina comenzó a caer. Sintió como que volaba y pronto comprendió que ya había dejado de existir. A la mañana siguiente el cielo estaba tan despejado y tan claro, que una hermosa joven decidió ir a cabalgar precisamente en aquella pradera donde yacía un cuerpo inerte. Al tropezarse con éste, sintió que la sangre le corría por todo el cuerpo. Se quedó allí, paralizada, con ganas de correr y de gritar pero no lo pudo hacer. Estaba tan asustada observando aquel cuerpo inerte y amoratado por el frío de una hermosa joven de largos cabellos que le caían en pequeños rizos por mitad de la espalda, era blanca y de aspecto muy delicado. Sus manos eran pálidas y muy, muy frágiles. Era alta y esbelta y en sus ojos se reflejaban rasgos de profunda tristeza. Después de recobrarse un poco del susto y del asombro, nuestra segunda joven recién llegada sólo atinó a decir unas pocas palabras: ¡Pero si soy yo!. Pieza publicada en www.thewynwoodtimes.com
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Muchos tenemos alguna historia que queremos contar. Sabemos quienes son los personajes principales, la trama que queremos desarrollar, pero convertir todas estas ideas sueltas que quizás tenemos anotadas en libretas, papeles, o simplemente arraigadas en el pensamiento, en un libro, no es tan fácil como poner las palabras en el papel o en la pantalla de la computadora, depende del gusto personal.En mi caso prefiero sentir el trazo libre de mi mano en el papel, y una vez terminado, lo paso a la computadora. Momento en el cual corrijo de manera genérica la redacción y ortografía. Pero ese es otro tema. El tema al que me refiero hoy es a la estructura: esa que permite organizar las ideas, los sentimientos, los personajes, y convertirlos en un escrito interesante, entretenido o inspirador. Si ya te decidiste a llenar La página en blanco entonces pasamos al proceso de escritura, en el que normalmente se utilizan dos vías que puede escoger el escritor: 1) Planificar lo que se va a escribir y 2) Escribir con libertad sin ataduras ni preconceptos. Realmente no es fácil saber cuál estilo utilizar, sobre todo si no hemos usado ninguno. Por eso siempre es bueno comenzar por definir tus objetivos de escritura. Aquí CONSTRUYENDO TUS OBJETIVOS DE ESCRITURA comenté un poco más sobre esto. Yo por ejemplo escribía historias cortas a partir de una sola idea, y dejaba volar mi imaginación, como si un ser superior me dictara las palabras. Y comencé a escribir así mi primera novela de ficción, hasta que me di cuenta que las palabras no llegaban a ninguna parte y no sabía como conectar las ideas. Entonces entendí que a mi historia le faltaba estructura. Y con ayuda de otras personas que ya habían transitado ese camino, logré planificar, escribir y terminar mi novela. En cualquier caso, bien sea que quieras planificar tu escrito, o que prefieras volar entre las letras, estos consejos te serán de mucha ayuda para lograr tu propósito:
De tal manera que si eres planificador, o espíritu libre al momento de escribir, debes cumplir con una estructura mínima que acompañe al lector en la búsqueda de la solución al problema que se ha planteado al inicio y que lo lleve al descubrimiento de una historia maravillosa. ¡A escribir esa historia que necesita ver la luz! Relato publicado en www.thewynwoodtimes.com Ya sabes que quieres lanzarte a la aventura de escribir, quieres atreverte a llenar La página en blanco pero no sabes cómo organizarte para hacerlo, como comenzar a trazar esa historia. Lo primero que puedes hacer en este momento es sentarte a escribir y empezar, pero pronto te sentirás perdido en un océano de ideas y oraciones, y muy probablemente naufragarás en el intento. Te recomiendo empezar por lo más básico, que es, escribir tus objetivos de escritura. Así como planificas tu día en la casa o en el trabajo, debes planificar tu trabajo como escritor. Plantearte metas y objetivos con un tiempo determinado que te ayudará a determinar si estás trabajando para cumplir tu meta última (que presumo puede ser escribir esa novela que tienes entre ceja y ceja). Pero ¿cómo siquiera empiezo a descifrar mis objetivos si no se que quiero hacer? Para responder esta pregunta e iniciar tu proyecto de escritura, debes comenzar por identificar que quieres escribir y esto lo haces descubriendo quién eres como escritor, o que te apasiona. Es importante hacer esto antes de desarrollar tu idea porque tu pasión tendrá una influencia directa en ella. ¿Cómo es esto? Para empezar, en este momento muchas ideas pueden ser o parecer repetidas que ya alguien antes escribió sobre eso, pero lo que hará tu idea sobresalir y resaltar entre las otras, es la ejecución de esa idea, lo que te llevará a fijar tus objetivos de escritura, los cuales deben ser lo suficientemente detallados como para asegurarte que el tipo de proyecto que persigues, refleja lo que eres y porqué quieres llevar a cabo esa historia. CONOCIENDO TU PASIÓN Para saber qué es lo que te apasiona, tómate el tiempo de contestar las siguientes preguntas:
CONSTRUYENDO TUS OBJETIVOS Para hacerlo, puedes considerar estos consejos:
COMPARTIENDO TUS OBJETIVOS Asegúrate de revelar tus objetivos de escritura a aquellos que te pueden empujar a lograrlos, Rodéate con aliados que te apoyen. ¡Siéntate y escribe! |
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